sábado, 6 de mayo de 2017

Más reflexiones



Cada vez es mayor la información que los productos alimentarios deben contener en sus etiquetas. Datos nutricionales, presencia de alérgenos, país de origen del etiquetado, incluso el tamaño de la fuente, todo ello está regulado en aras de que el consumidor tome una decisión de consumo más precisa y equilibrada.

A ello también contribuye la última revisión de la pirámide nutricional, incorporando lo que podrían ser “ítems” de vida saludable, como mantener una actividad física diaria, un equilibrio emocional o unas  técnicas culinarias sanas. Y manteniendo la dieta mediterránea como referencia alimentaria fundamental.

Esta última idea propició la creación de un juego, titulado por mi como “Compone la pirámide!” que, de una manera un poco más lúdica, permite poner en acción y asimilar todas esas referencias.


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